LA TEMEROSA NOCHE DE HALLOWEEN EN EL CEMENTERIO

En un pueblo había dos niños que se llamaban Elena y Oscar, eran muy amigos. El día 31 de octubre de 1968 a las 12 de la mañana los dos amigos estaban en el colegio y a la salida del cole sus compañeros les decían: pásatelo bien, asusta mucho y así te darán muchos caramelos. No sabían lo que les decían, pero cuando llegaron a sus casas miraron el calendario y… ¡era Halloween! Se les había olvidado por completo. Por la noche querían ir a pedir caramelos pero sus madres no estaban convencidas pero les dejaron ir, poco después ya estaban disfrazados y preparados para ir a pedir caramelos. Los niños no se sabían muy bien el pueblo, entonces ellos siguieron andando, no sabían donde iban .Poco después llegaron a un lugar un poco extraño; la puerta era de hierro y encima de ella se podía leer: CEMENTERIO. Entraron asustados y vieron muchas lápidas. A continuación de las lápidas había una especie de casita que se llamaba panteón. Para entrar en el panteón había una rara inscripción en latín. Oscar sabía latín, por eso lo leyó y la puerta se abrió. Dentro había varias tumbas, cada tumba estaba en un círculo. Poco después salió una mano de una de las tumbas, a continuación un pie de otra tumba diferente, así fueron saliendo los cadáveres de una familia entera a la que les habían matado dos gamberros poniendo un petardo en su coche. Iban diciendo: ¡venganza, venganza! Iban persiguiendo a los dos amigos, salieron corriendo del cementerio y los muertos iban detrás, la gente se fue corriendo a refugiarse a sus casas.
Los niños se metieron en un callejón sin salida, los muertos les acorralaron y…los mataron y se los comieron. Después de matarlos siguieron vagando por las calles del pueblo hasta encontrar a esos gamberros.
Desde entonces nunca más se oyó hablar de ese pueblo, hay gente que cuenta lo sucedido en aquel pueblo. Y ahora en el año 2008 se dice que ese pueblo es el pueblo zombi.

Rocío Martínez Casas